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Isabel de Bobadilla, Capitana general de la Isla de Cuba

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Imagen generada por inteligencia artificial ChatGPT, muestra una mujer cubana vestida a la usanza del siglo XVI, con un paisaje tropical al fondo.

Durante la conquista y colonización de América, muchas mujeres tuvieron un papel singular y destacado. Una de ellas fue Isabel de Bobadilla, quien fuese gobernadora de la Isla de Cuba en pleno siglo XVI. Isabel provenía de una influyente y rica familia de la península. Sus padres, Pedro de Arias Dávila y Isabel de Bobadilla y Peñalosa vivieron también un tiempo en América, dónde su padre fue gobernador y sería finalmente sepultado.

En la península española, Isabel conoció, se enamoró y casó con Hernando de Soto. Junto a él viajó a Cuba en 1538 para la toma de posesión de la gobernación insular por su marido, pero allí compartieron muy corto tiempo en compañía del otro. Al año siguiente, De Soto partiría a la conquista de la Florida, traspasando a Isabel la responsabilidad y titularidad de la administración.

De esta manera, se convirtió en la primera y única mujer que ejercería como gobernadora y Capitana General en la Isla de Cuba. Siendo probablemente una de las mujeres que más poder ha tenido en este territorio en su historia.

La expedición de su marido a la Florida no se entiende sin el apoyo de Isabel, quién contribuyó con parte de su patrimonio personal tanto de manera económica como a través de sus influencias en la corte. Sus dotes de organización le valieron la confianza para gobernar el archipiélago entre 1539 y 1544; al tiempo que también pudo reunir y enviar ayuda y suministros a De Soto para su campaña.

Pero después de su despedida en La Habana, Isabel y Hernando no volverían a verse. Pocos años después de su partida al hoy territorio de Los Estados Unidos, De Soto moriría y sería sepultado en un tronco hueco en las aguas del Río Misisipi. Isabel lo esperó incluso aunque dejó de tener noticias suyas. Cuando supo de su muerte, la tristeza sentenció su propia vida. Poco después su alma abandonó este mundo.

Su amor por él inspiró una leyenda popular que quedaría inmortalizada en uno de los símbolos más visibles de la ciudad de la Habana: La Giraldilla. Cuentan que después de que los amantes se separaran por la partida de Hernando hacia la Florida, Isabel subía con frecuencia a lo alto del Castillo de la Real Fuerza a esperarlo.

Casi un siglo después de estos hechos, el escultor habanero Gerónimo Martín Pinzón basaría en ella y su historia el diseño de su Giralda para la villa de San Cristóbal de La Habana. Honrando de esta manera la memoria de la ilustre dama española.

Materiales consultados:

Juan Francisco Maura. Isabel de Bobadilla. Disponible en: https://dbe.rah.es/biografias/113664/isabel-de-bobadilla

Arte Historia. Isabel de Bobadilla. Disponible en: https://www.artehistoria.com/personajes/bobadilla-isabel-de

Á. Van den Brule A. (2021) Isabel de Bobadilla: la gobernadora en su laberinto. Disponible en: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2021-07-03/respeto-admiracion-tenacidad-tristeza_3158523/

Mi País. La Giraldilla. Disponible en: http://mipais.cuba.cu/cat.php?idcat=42&idpadre=138&nivel=3

«Es de justicia traer a casa a los españoles expulsados en Cuba y Puerto Rico»

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“Cubanos y puertorriqueños nunca dejaron de ser españoles”. Entrevista a Maikel Arista-Salado POR WILLIAM NAVARRETE. ESPECIAL EL NUEVO HERALD 18 DE DICIEMBRE DE 2023

Maikel Arista-Salado nació en La Habana, barrio del Vedado, en 1986. Salió de Cuba en 2008, antes de recibirse como abogado, y desde su salida ha vivido en Miami, España y desde hace dos años en Chicago. Es asistente de abogados y una de sus grandes pasiones es la Heráldica. Posee una colección de más grande de 1,000 medallas cubanas que ilustra la historia de la Isla durante los últimos tres siglos.

En 2022, Arista-Salado asumió la presidencia de la asociación sin fines de lucro Autonomía Concertada para Cuba, fundada en París en 2012 por el profesor Fernando Núñez. Fue éste el punto de partida de su combate de hoy: el reconocimiento por el Estado español de la nulidad del artículo IX del Tratado de París del 10 de diciembre de 1898 que obligó a España a despojar de la ciudadanía española a toda la población cubana y puertorriqueña.

¿Cómo surge tu interés por este tema y qué precedentes existían?

El primero en trabajar este tema fue el cubanoamericano, residente y fallecido en Miami, José Ramón Morales quien comenzó a principios de este siglo y con mínimos recursos con un blog que se llamaba “Cuba Española”. José Ramón tenía la certeza que los cubanos habían sido despojados arbitrariamente de la ciudadanía española por un artículo introducido por Estados Unidos en el Tratado de París que puso fin a la guerra cubano-hispana-norteamericana. Por eso, estamos creando un Premio a la Hispanidad que llevará su nombre por haber sido pionero en este tema

Luego, desde París, otro cubano, Fernando Núñez, retomó el tema y realizó una investigación minuciosa de la compleja situación política de Cuba a finales del siglo XIX. Es esto lo que ha precedido a mi interés por estas cuestiones y la razón por la que he asumido la continuidad del trabajo precedente, esta vez desde el ámbito del Derecho, tratando de llevar a los tribunales españoles el tema de la ilegalidad del Tratado mencionado.

¿En qué se fundamenta tu petición?

El artículo IX del Tratado de París obligó a España a decretar la desnaturalización masiva y forzosa de sus propios ciudadanos de Cuba y Puerto Rico, todos españoles originales por mandato constitucional. Primero, porque la mayor parte de la población no quería la independencia, contrariamente a dicen los mitos fundacionales de la República cubana (1902). Segundo por la necesidad de que el Estado cubano naciese con ciudadanos “nuevos”. Pero lo cierto es que ningún Estado tiene la capacidad jurídica para traficar con la ciudadanía de sus habitantes mediante un tratado con un tercer país y, en este caso, con Estados Unidos, tal y como sucedió en 1898 en París.

¿Qué estatus tenían Cuba y Puerto Rico entonces antes de 1898?

Ambos eran territorios españoles, cuya soberanía española se basaba en el Derecho castellano, fundamentado por tres institutos jurídicos articulados: hallazgo y conquista, donación pontificia y, por último, tratados con la potencia rival (en este caso Portugal). Y en virtud de ese Derecho castellano y común europeo, estos territorios fueron incorporados a la Corona de Castilla, algo que colocaba a los nativos de las islas de Cuba y Puerto Rico y a sus descendientes como súbditos del Rey de España. ¡Cuba y Puerto Rico nunca fueron colonias!

¿Y qué sucede con la instauración de la República cubana?

El Tratado de París es un acuerdo vinculante entre Estados Unidos y España. El Estado cubano es inconsecuente para el tratado. Es más, a ojos del tratado, no existen ni cubanos ni puertorriqueños, sino súbditos españoles nacidos y residentes en los territorios cedidos o renunciados. No obstante, la Constitución de 1902 impone la naturalización masiva y forzosa de toda esa masa apátrida de españoles desnaturalizados.

¿Cómo ha sido el proceso legal que han emprendido ante los Tribunales y hasta dónde pretenden llegar?

La única manera legal de pleitear este contencioso era haciendo una petición que realicé, inicialmente presentándola en el Consulado español en Miami. Esperé tres meses hasta que recibí la negativa del ministro de Relaciones Exteriores español que argumentaba que el Tratado de 1898 no permitía este tipo de denuncia, ignorando, por supuesto, que el famoso artículo IX era y es inconstitucional. Esto nos dio la posibilidad de recurrir su negativa, de modo que la petición ha salido del control político estatal para recaer en el control judicial.

Es la primera vez, en 125 años, que se recurre este Tratado. La demanda ha sido llevada por nuestro abogado, Enmanuel Oliva Díaz, a la Audiencia Nacional, sala de lo Contencioso, Sección 4ª, desde el pasado 20 de octubre de 2023. El Tribunal ha requerido a la parte actora, es decir, al demandante, que presente en 20 días el escrito de demanda. Uno de los resultados de este caso es que, inexorablemente, habrá un pronunciamiento del Estado español acerca de la validez de este artículo.

Por supuesto, en caso de negativa, elevaremos la petición al Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo que es muy puntilloso con el cumplimiento de la legalidad. El hecho de que tengamos a ese tribunal implica un peso más que obligará al Tribunal Constitucional al más estricto cumplimiento de la legalidad vigente. La declaración de nulidad del art. IX sería un logro sin precedente en la historia de España. Es de justicia traer a casa a los españoles expulsados en Cuba y Puerto Rico, que tienen los mismos derechos que aquellos descendientes de los sefardíes expulsados de la Península desde 1492 y admitidos ahora como ciudadanos después de cinco siglos.

William Navarrete es escritor establecido en París.

Editado en Francia el Tomo XXXIII de Desde las Orillas del Sena. N 54 de la Serie Cartas a Ofelia

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Foto: Ayuntamiento de París, estatua de Etienne Marcel frente al Sena

París, 4 de junio de 2023.

En este libro Desde las Orillas del Sena Tomo XXXIII, N° 54 de la Serie Cartas a Ofelia, sus 504 páginas comprenden 157 crónicas en español, francés e italiano.

Lo dedico a mis queridos Amigos italianos Daniela y Nello.

Puedes encontrarlo, así como también todas las crónicas y libros anteriores en mi sitio web www.cartasaofelia.com cuyo webmaster es el ingeniero don Leonel Mena Valdés.

Gracias al historiador cubano don Ferrán Núñez, director de “Españoles de Cuba”, se pueden leer todas las crónicas en su página web:

ESC

Es posible  descargar gratuitamente en Google Drive todos los libros que reúnen las 7835 crónicas que he publicado desde mayo de 1981 hasta mayo de 2023, en español, francés e italiano en la siguiente dirección:

https://drive.google.com/drive/folders/0B2JGTV0Z-vJ5fkwyck1hbENQT2pDWC1ZLUFqZTBqVjZNQUR4aGJWblllT09kYmpWeUhlSGc

Todos los libros se pueden encontrar también en el sitio web Hemeroteca de Cubamatinal, gracias a su director don Miguel Ángel García Puñales, historiador y sociólogo cubano, presidente de la ONGD Ceninfec (Centro de Información y Documentación de Estudios Cubanos):

https://cubamatinal.net/hemeroteca/hemeroteca-cartas-a-ofelia/

Desde Miami las crónicas en español han sido publicada por don Roberto A. Solera (que en paz descanse por la eternidad muy cerca de Dios), director de Cuba en el Mundo, en:

www.cubaenelmundo.com

Don Guillermo Milán Reyes y su señora doña Eva Beffrage, representantes en Suecia de UNPACU (Unión Patriótica de Cuba), han publicado numerosas de estas crónicas desde Estocolmo en:

http://www.cubademocraciayvida.org

Desde las orillas del Sena.

Tomo XXXIII.

Número 54 de la Serie “Cartas a Ofelia”.

Depósito Legal,  junio de 2023.

© Versión PDF para la web y edición en papel; diseño, maquetación, montaje y foto de la portada: Félix José Hernández Valdés.

Editado en París, junio de 2023.

 Foto de la portada: Ayuntamiento de París, estatua de Etienne Marcel frente al Sena

Félix José Hernández.

La expulsión de los jesuitas: Antecedentes y consecuencias

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-Por Emilio Acosta Ramos

Un tema que genera debate es la expulsión de la Compañía de Jesús de España y sus provincias de ultramar. Ya habían sido expulsados por diversos motivos de Portugal (1759), Francia (1764) y posteriormente de Nápoles (1767), Parma y Malta (1768).

Ciertamente la Compañía de Jesús se había convertido en un cuerpo incómodo para la Corona, considerado incompatible con ella, “un estado dentro del Estado”.

Se amparaban hipócritamente en su independencia de toda jurisdicción tanto civil como eclesiástica, fueron acusados de servir a la curia romana en detrimento de las prerrogativas regias, fomentar las doctrinas probabilistas, simpatizar con la teoría del regicidio, haber incentivado el motín de Esquilache y defender el laxismo en sus Colegios y Universidades.

Luego del motín de Esquilache, el fiscal del consejo de Castilla, Pedro Rodríguez de Campomanes, se encargó de la realización de la Pesquisa secreta para reconocer a los culpables. En su informe cita:

«El jesuita ni la Compañía no se miran como vasallos; es enemigo de la soberanía, depende de un gobierno despótico residente en un país extranjero; allí remite sus riquezas, de allí recibe las instrucciones; no es dueño de resistirlas jesuita alguno ni de apelar o reclamar, sean de la clase que quisieren, porque las debe respetar por profesión como dimanadas del mismo Jesucristo».

En alusión a las reducciones guaraníes, las cuales los jesuitas levantaron a los indios frente a España y Portugal entre 1754 y 1756, exponía Campomanes que cualquier facción existente en una nación ponía en peligro la seguridad del Estado mismo:

«está usurpada la autoridad real, desconocida y precaria la diocesana, Y atropellado el dominio que a los Indios pertenece en el manejo de sus propias haciendas».

El padre jesuita Francisco Javier de Idiáquez, Provincial de Castilla y otros reconocieron su participación en el motín de Esquilache y se les impuso castigo a unos cuantos. La corona aprovecharía para acabar con la amenaza jesuita.

El 27 de febrero de 1767, después de consultarlo con sus ministros, el Rey Carlos III ordena la expulsión de los jesuitas de todos los dominios de la Monarquía española, señalando:

«por gravísimas causas relativas a la obligación en que me hallo constituido de mantener en subordinación, tranquilidad y justicia mis pueblos, y otras urgentes, justas y necesarias que reservo en mi real ánimo; usando de la suprema autoridad económica que el Todopoderoso ha depositado en mis manos para la protección de mis vasallos y respeto de mi corona…».

La orden de expulsión fue aplaudida por el alto clero e incluso por otras órdenes, como agustinos y dominicos.

El encargado de llevar a cabo estas medidas en Venezuela fue el gobernador José Solano y Bote el día 15 de junio, en carta al jefe de gobierno el Conde de Aranda, del 11 de julio de 1767 cita:

«… hasta los treinta y cinco [días] no pasé a la Ejecución por las diligencias actuadas en cumplimiento puntual de las Órdenes e instrucciones de V. E. que el Rey Nuestro Señor se dignó mandarme obedecer y cumplir por la especialísima y particular gracia de sus Reales letras escritas de su real mano el primero de marzo de este año».

Fueron expulsados de América 2.600 jesuitas, unos 22 del actual territorio venezolano, los misioneros fueron: 9 pertenecientes a la Misión de Casanare; 5 al Meta y 8 al Orinoco. Por nacionalidades: 9 eran españoles, 8 neogranadinos, 3 Italianos, 1 bávaro y 1 alemán.

Decretada la expulsión se encargaron de las misiones otras órdenes religiosas, por ejemplo las de Guayana pasaron a manos de los capuchinos y a los franciscanos las de California, entre otros.

La corona reforma universidades y funda en algunos antiguos centros jesuitas Colegios de Cirugía, Jardines Botánicos, laboratorios químicos, junto a Sociedades Económicas de Amigos del País.

La supresión de la Compañía de Jesús fue decretada en 1773 por el mismo papa Clemente XIV y no sería restablecida hasta 1814 por Pío VII, en España el Rey Fernando VII les permitió el regreso el 15 de mayo de 1815 y en Venezuela tardarían siglo y medio para reaparecer en 1916.

Gracias a Alejandro Toledo, el globalismo se infiltró en el Perú

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-Por Mar Mounier

‘Gracias’ a Alejandro Toledo, el globalismo se infiltró en las instituciones del Estado, compró conciencias y creó el pozo séptico de corrupción que hoy contamina todo nivel en la política peruana con sus hedores putrefactos.

Alejandro Toledo, un tipo sin valores, monigote lleno de complejos, con una capacidad para mentir despreciable y mucha habilidad para hacerse de ‘socios’ interesados en arrancarse el país a dentelladas, merece terminar sus días en una cárcel. El daño que le hizo al país y sus consecuencias, se sufren hoy. Un país en donde la palabra ‘soberanía’ no existe más porque entregó al Perú al poder y decisión de poderes supranacionales como la CIDH, ONU, OMS y firmó tratados entreguistas a cambio de mendrugos en coimas.

Cada uno de sus corifeos, de quienes ‘trabajaron’ con el, sus ministros, secretarios, socios y huelefundillos varios, son los responsables que esa casta maldita y miasmática romantizada como ‘caviarismo’ (que no es más que logias o sectas discretas conformadas por traidores, encargados de imponer los proyectos globalistas en el Perú a través de ideologías destructoras de sociedades), haya encontrado terreno fértil.

(Recuerda: un ‘caviar’ es SIEMPRE un traidor. Un entreguista felón de su patria a cambio de nimiedades como casitas en playas exclusivas, lujosas oficinas en barrios acomodados, camionetas SUV’s, dinero del Estado en cuentas personales y puestitos en la administración del Estado -los de ‘baja clase’ se conformaban con espacios en platós de TV, asesorías, monsergas culturales y una que otra dádiva o licitación fraudulenta-. Y siendo REALISTAS y exactos, en el Perú NO existe el caviar. El término ‘caviar’ popularizado por Aldo Mariátegui para no ofender a sus coligados de reuniones donde se mezclan perro, pericote y gato, suena a pan con mango, a ceviche con piña, a carapulcra con palta. Lo justo es ATERRIZAR a esta gente. ¿’Caviar’? ¿en el Perú? ¿Por dónde? Cada uno de estos vendepatria merece un término que es bien peruano y que les cae como anillo al dedo: ‘HUEVERA’. Y ya sea por su labor, condición y puesto en la jerarquía miasmática de la cofradía pro-globalista, debe ser catalogado merecidamente según su nivel de pestilencia moral. ‘Huevera de pejesapo apesticiento’, ‘huevera de jurel pestífero’, ‘huevera de pejerrey podrido’ ‘huevera de merluza hedionda’ y etc).

Recuerda que todo el tinglado maloliente de ‘hueveras’ que infectaron las instituciones y organizaciones publicas y medios de comunicación del país, existe ‘gracias’ al beodo, al traidor mayor, Alejandro Toledo.

Que tenga larga vida… entre rejas para que le alcance a pagar por todos sus crímenes. Sí. En una prisión es donde debe terminar sus días un personaje tan despreciable, tan ruin y tan nefasto, como Alejandro Toledo.

La camiseta de la Sampdoria

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Habida cuenta de que en su momento hablamos de las camisetas retro a través de la camiseta de Maradona (1), me he acordado del impacto visual que causaba en mí de niño la camiseta de la Sampdoria.

Esto del fútbol ha variado mucho y no precisamente para bien. Pero desde que la globalización mediática empezó a marcar un antes y un después y lo que parecía inalcanzable, llegó a volverse monótono. También en las camisetas.

La Sampdoria me parecía un equipo que tenía un halo de misterio y exotismo. Recuerdo cuando en el cuadro genovés jugó Víctor Núñez. Sí, porque en aquellos tiempos, era raro ver futbolistas españoles en ligas extranjeras. Y recuerdo cómo me fascinaban los colores de su camiseta: Aquella camiseta azul, con una franja grande blanca que a su vez, albergaba los colores rojo y negro y la cruz de San Jorge; que luego me enteré que se debe a la fusión de dos clubes que a la postre, quisieron mantener algo de sus respectivas y primigenias esencias.

Hablando de eso, cuando estuve trabajando de comercial entre 2018 y 2019, una compañera genovesa que me vio una chaqueta en la que tengo un parche de la cruz de San Jorge, me dijo con los ojos muy abiertos que “era la bandera de la República de Génova, que fue una república marítima”.

Si ahora quiere uno la camiseta de la Sampdoria, basta con darle a un botón. Pero cuando yo era niño, rara vez se veía de refilón en la tele y poco más. Aunque en Sevilla, concretamente en la calle Sierpes, estaba “Deportes Z”, tienda de deportes y armería (lo que hoy sería impensable). Y en esa tienda había camisetas internacionales. Allí uno podía deleitarse la vista viendo de cerca las equipaciones de equipos italianos, franceses, alemanes, argentinos; camisetas de selecciones… Estamos hablando de una época que oscilaba entre el mundial de Italia´90 y el de Estados Unidos ´94…

En buena medida, pasearse por aquella tienda de deportes era una tortura para muchos niños, porque todos sabíamos que nuestras respectivas madres no iban a gastarse las entonces pesetas en aquello. Y con todo, uno soñaba con que algún día podría vestir alguna de aquellas camisetas, o que fuera el regalo de algún santo o de algún cumpleaños… Pero aquello nunca llegaba.

Como cantaban los Héroes del Silencio, “ya somos más viejos y sinceros y qué más dará…” No en vano, ese gusanillo infante nunca se nos fue. Y siendo más viejo y sincero, he de reconocer que cada vez que veo la camiseta de la Sampdoria, se me viene aquel encogimiento de corazón, aquella emoción maravillosa,  aquel mundo de misterio con las sensaciones características del niño que yo fui.

Al fin y al cabo, Sevilla y Cádiz estuvieron llenas de genoveses durante siglos y siempre fui un enamorado de la romanidad y de Italia, que no estoy diciendo que sea lo mismo, pero para entendernos. Pero eso, que al final, la cabra tira al monte.

Y es que en aquellos años el fútbol italiano era como algo inalcanzable.

Luego pasaron los años y bueno… Supongo que también tiene que ver con eso que cantaban los Héroes y que también las idealizaciones llegan hasta donde llegan. Pero aún me dura aquella italofilia que va más allá del fútbol, y por encima de todo ello, la romanidad que tantísimo nos explica.

Y bueno, ¡qué recordada emoción la de bichear entre las perchas la camiseta de la Sampdoria, aquel equipo en el que jugaba un español!

NOTA

(1)Recuérdese:

Fernando VII y la Constitución (conservadores vs liberales)

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-Por Emilio Acosta Ramos, de Venezuela Provincial (*)

Un mantra muy repetido es que por culpa de Fernando VII se deroga la constitución de Cádiz y surge las divisiones entre liberales y conservadores que tantas turbulencias trajo a la monarquía hispánica.

Lo cierto es que luego del vacío de poder surgido por el apresamiento de la familia real por parte de Napoleón Bonaparte, el criollo peruano Blas de Ostolaza, confesor de Fernando VII en el exilio, fue expulsado de Francia y llevaba escondido un poder otorgado por el Rey para que defendiese sus derechos al trono tanto en España como en las Indias. Al llegar a España inmediatamente informa a la regencia en Cádiz, lo que deriva en constituir las Cortes en 1810, que sirvieron para establecer un gobierno provisionalmente para luchar en contra la invasión francesa.

Para la elaboración del texto encontramos gente como Gaspar de Jovellanos que habría preferido unas Cortes a la antigua usanza española, más fieles, según su pensamiento, a la constitución política –es decir a la naturaleza– de España. O diputados como Esteban Palacios y Blanco, tío de Simón Bolívar, que se opuso a la abolición de la esclavitud.

La redacción del mismo enfrentó a las facciones conservadoras y liberales. Se abolió la antigua estructura gremial y estamental, asentada por escrito en las Siete Partidas del Rey Alfonso, esto enfureció a conservadores. Aunque el cuerpo legal tiene apartados rescatables como su artículo 18 que citaba:

«Son ciudadanos aquellos españoles que por ambas líneas traen su origen de los dominios españoles de ambos hemisferios, y están avecindados en cualquier pueblo de los mismos dominios».

En 1813 los franceses serán derrotados militarmente y firmarán el Tratado de Valencay el 11 de diciembre. Napoleón reconoce a Fernando VII como Rey de España. Fernando VII será recibido con fastuosas recepciones populares en España, y grandes aclamaciones en América, lo que le valió el nombre de «el deseado».

Los conservadores hacen llegar al rey «Manifiesto de los Persas» firmado por 69 diputados, un 37,5% del total de las cortes; de los cuales 10 diputados son de las provincias de ultramar, pidiendo que declarará nula la Constitución liberal de 1812.

El manifiesto es una réplica exhaustiva de esa Constitución de Cádiz, parte de los 143 párrafos que contenía citaba: «Era costumbre de los antiguos Persas pasar cinco días de anarquía después de fallecido el Rey, a fin de que la experiencia de asesinatos, robos, y otras degradaciones, les obligasen a ser más fieles a su sucesor. Para serlo España a V. M. [Fernando VII] no necesita igual ensayo en los seis años de su cautividad [por Napoleón)]».

Fernando VII siguiendo las recomendaciones de los peruanos Dionisio Túpac Yupanqui Inca, Blas Ostolaza los novohispanos Miguel de Lardizábal, Antonio Joaquín Pérez, presidente de las Cortes y otros diputados nobles de la monarquía católica, con respaldo de parte del ejército y de la mayoría del pueblo llano, hacen que su majestad se manifieste a favor del absolutismo aboliendo la Constitución de 1812.

Luego de abolida la constitución, los liberales intentaron varias veces hacer levantamientos armados para restablecer una monarquía constitucional pero no tuvieron éxito, hasta que en 1820 Rafael de Riego al mando de las tropas que estaban destinadas a ir a luchar contra los secesionistas en América se levanta y será restaurada la Constitución de Cádiz.

En ese lapso de tiempo Fernando VII es apresado por los liberales en el Palacio Real, por fortuna para el no podían asesinarlo ya que después de la caída de Bonaparte se impuso la Santa Alianza en Europa. Cita el investigador venezolano Carlos Villanueva en su obra «Fernando VII y los Nuevos Estados: la monarquía», que:

«Sin embargo sus carceleros,… no resistían la tentación de amargarle la vida… hasta el papel higiénico le era escatimado».

Riego obliga a Fernando VII que jurara la constitución y a decir aquellas célebre frase:

«Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional».

Esto hizo que en las provincias de ultramar muchos realistas conservadores cambiaran de posición o bando, dando un giro a las guerras separatistas en América, como sucedió con. Agustín Iturbide en México y con el Indio Reyes Vargas y el padre Andrés Torrellas en Venezuela.

Fernando VII, al final consigue la ayuda de Europa para restaurar el absolutismo, siendo Luis XVIII rey de Francia de la reinstaurada dinastía Borbón, quién por medio de la Santa Alianza, envía al Duque de Angulema con los llamados «Cien mil hijos de San Luis» los cuales no encontraron resistencia alguna en España, ya que el gobierno liberal no contaba con el apoyo popular y tenía escasas fuerzas militares para defenderse.

Se critica a Fernando VII por la represión ejercida en contra de los liberales después de que prometiera que si capitulaban no los perseguiría. Pero luego de recibir un golpe por parte de ellos, ser apresado y vejado, era difícil que cumpliera con su palabra.

Aunque años después en octubre de 1832 Fernando VII les concede una primera amnistía y un año después una segunda amnistía. Luego de la muerte de Fernando VII llegarán al gobierno el liberal moderado Francisco Martínez de la Rosa en 1834.

A partir de aquí los liberales controlarán el poder durante casi todo el siglo XIX, llegando las guerras carlistas y escribiendo la historiografía oficial plagada de leyenda negra contra Fernando VII, popularizando el apodo de «rey felón».

NOTA

(*) Enlaces de Venezuela Provincial:

https://www.youtube.com/@venezuelaprovincial

https://www.facebook.com/Venezuelaprovincial

Continuidad entre los Austrias y los Borbones

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-Por Emilio Acosta Ramos

Algunos autores sostienen que España con los Borbones estuvo bajo la órbita francesa, pero a finales del siglo XVII la moda del afrancesamiento estaba en todas las cortes europeas, en la de Carlos II de España se usaban pelucas al modo francés.

Lo cierto es que con la llegada de la dinastía Borbón a España con Felipe V se hispanizaron rápido como pasó con Carlos I en el siglo XVI. Con frecuencia se olvida que su abuelo el rey de Francia Luis XIV era hijo de la infanta española Ana de Austria, hija de Felipe III, y Felipe V nieto de la infanta española María Teresa de Austria, hija de Felipe IV, y legítimo heredero gracias al testamento de Carlos II.

Historiadores como Alberto Bravo han desmontado este mito, entre la dinastía de los Austrias y Borbones hubo una continuidad, cuando Felipe V llega a Madrid mantiene el 90 % de la administración de Carlos II, como ejemplo está el Sumiller de Corps, Francisco Pimentel, conde de Benavente.

A partir de 1709, Felipe V abandona los planes de Luis XIV, cuando retiró sus tropas de España e inició conversaciones de paz con Gran Bretaña a espaldas de su nieto.

Cita Felipe V en carta a Luis XIV el 17 de abril de 1709, cuando este le aconseja abandonar España:

«Hace mucho tiempo que tengo tomado mi partido, y nada en el mundo es capaz de hacérmelo variar. Dios me ha puesto en las sienes la corona de España, y yo la sostendré mientras tenga una gota de sangre en las venas: así se lo debo a mi conciencia a mi honor y al amor de mis vasallos; estoy seguro que estos no me abandonarán nunca; suceda lo que quiera, y que si expongo mi vida a su frente, como estoy resuelto á hacerlo hasta el último extremo por no dejarlos, ellos también derramarán con gusto su sangre por no perderme. Si yo fuese capaz de una cobardía, semejante a la de ceder mi reino, estoy cierto que vos mismo me desconoceríais por vuestro nieto: deseo mucho parecerlo con mis acciones, como tengo el honor de serlo por mi sangre, y así jamás me aventuraré á hacer ningún tratado indigno de mí… Jamás dejaré a España sino con la vida, y prefiero, sin comparación, mucho mas perecer disputando en ella el terreno palmo a palmo al frente de mis tropas, que tomar ningún partido que mancillase, si me atrevo a decirlo así, la gloria de nuestra casa, que yo si puedo no deshonraré ciertamente».

Felipe V hará una política bajo los intereses españoles, diseña proyectos para recuperar el poder naval de España y el control de la Carrera de Indias. De hecho a la muerte de Luis XIV, Felipe pretendió incluso controlar e influenciar la sucesión al trono francés.

Tampoco hay una ruptura con la anterior dinastía de los Austrias, una prueba de ello es el lienzo de Domingo Martínez que se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Sevilla de nombre: «Apoteosis de la Inmaculada» (ca. 1740 – en imagen). Destaca la continuidad entre Felipe IV, Carlos II y Felipe V. Se observa a los reyes en la parte derecha, este cuadro era la política de estado en la época, para demostrar su legitimidad y continuidad dinástica.

*Venezuela Provincial:

https://www.facebook.com/Venezuelaprovincial

https://www.youtube.com/@venezuelaprovincial

Elija con el Museo del Prado los Premios Goya de la Academia de Cine de España

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Madrid, 7 de febrero de 2023.

Querida Ofelia,

El Museo Nacional del Prado lanza una nueva iniciativa de participación para elegir los Goya de Goya

Una vez más, el Museo Nacional del Prado invita al público a ser parte activa de la institución, en esta ocasión, a través de la elección de las mejores obras de Goya entre las nominadas a las categorías de Mejor película, Mejor actor protagonista, Mejor actriz protagonista, Mejor diseño de vestuario y Mejores efectos especiales.

Como con el concurso Cartela abierta, los directos de Instagram compartiendo pantalla con sus seguidores o el diseño de las entradas, el Museo Nacional del Prado busca de nuevo la complicidad del público para elegir, en esta ocasión, los Premios Goya de Goya en el Prado.

Desde hoy y hasta las 9.45 h del próximo 10 de febrero, el público podrá participar en la elección de los Premios Goya de Goya en el Museo Nacional del Prado entre las obras nominadas en las categorías de:

MEJOR PELÍCULA

3 de mayo Fusilamientos (1814)

2 de mayo Mamelucos (1814)

Familia de Carlos IV (1800)

El aquelarre (1820 – 1823)

MEJOR ACTOR PROTAGONISTA

 Fernando VII (1814 – 1815)

Autorretrato (1815)

Gaspar Melchor de Jovellanos (1798)

Un garrochista (hacia 1795)

MEJOR ACTRIZ PROTAGONISTA

La marquesa de Santa Cruz (1815)

La maja vestida (1800 – 1807)

La lechera de Burdeos (hacia 1827)

La condesa de Chinchón (1800)

MEJOR DISEÑO DE VESTUARIO

Carlos III, cazador (hacia 1786)

El quitasol (1777)

Aníbal vencedor (1771)

El cardenal don Luis María de Borbón y Vallabriga (hacia 1802)

MEJORES EFECTOS ESPECIALES

Saturno (1820 – 1823)

Vuelo de brujas (hacia 1798)

Pelele (1791 – 1792)

La nevada (1786)

 ¿Cómo se participa?

A través de una encuesta cuyo enlace puede pincharse en los canales oficiales del Museo en Twitter, Facebook y en Stories de Instagram. Enlace a la encuesta:

https://es.surveymonkey.com/r/losGoyadeGoya

Un gran abrazo desde nuestra querida y culta España,

Félix José Hernández.

Los falsos planes de unión de los insurgentes (la confederación hispanocriolla de Bolívar)

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-Por Emilio Acosta Ramos

Algunos autores sostienen teorías que durante los procesos de secesión en Hispanoamérica el rey Fernando VII se negó a negociar con el bando insurgente unos supuestos proyectos que tenían de unión, como en el caso de Bolívar, San Martín e Iturbide.

Quizás el proyecto más resaltante sea el Plan de Reconciliación del año 1820, auspiciado supuestamente por Simón Bolívar, donde no quiere romper con España, sino que buscaba la creación de «un gran imperio constitucional hispanocriollo con capital en Madrid» (1) y que la culpa que no se diera y se disolviera el imperio era de Fernando VII.

Primero hay que señalar que cuando el gobierno colombiano nombró como comisionado en Londres a Francisco Antonio de Zea a negociar con España, por medio del embajador español, Duque de Frías, lo hizo con el objetivo de lograr un reconocimiento al gobierno de Colombia y un fin de la guerra.

El Plan de Reconciliación era un proyecto personal de Antonio Zea, si es cierto que Bolívar le entregó poderes «en blanco», pero el Presidente de Colombia, Bolívar, no conocía el plan. Antonio Zea nunca se lo presentó.

Este plan de Zea tenía como nombre «Proyecto de Decreto sobre la emancipación de la América y su confederación con España formando un grande Imperio federal», pero el principio innegociable es que España reconociera la emancipación de América, así cita su primera propuesta, que «España reconocería la independencia de las naciones de Hispanoamérica». (2).

Ese mismo año de 1820 el gobierno colombiano que buscaba el reconocimiento de España, lo logró parcialmente por medio de los tratados de armisticio de Trujillo en noviembre, donde el objetivo de Simón Bolívar citado por Luis Perú de Lacroix, en Diario de Bucaramanga era:

«El armisticio de 6 meses que se celebró entonces y que tanto se ha criticado, no fue para mí sino un pretexto para hacer ver al mundo que ya Colombia trataba como de potencia a potencia con España. (…).

El armisticio engañó también a Morillo, y lo hizo ir para España y dejar el mando de su ejército al general Latorre, menos activo, menos capaz y menos militar que el Conde de Cartagena: esto ya era una inmensa victoria que me aseguraba la entera y pronta libertad de toda Venezuela, y me facilitaba la ejecución de mi grande e importante proyecto, el de no dejar un solo Español armado en toda la América del Sur».

Con todo y eso el Plan de Reconciliación de Zea, lo recoge el Duque de Frías y lo entrega a las Cortes liberales, en ese momento (1820) en España estaba gobernando el trienio liberal y era una monarquía constitucional, las Cortes rechazaron este proyecto, obviamente al exigir el reconocimiento de la independencia y tener dudosos propósitos, así que es falso que Fernando VII haya sido el principal artífice de la no aceptación de la propuesta.

Algo similar fue propuesto en las mismas cortes liberales por el diputado mexicano Lucas Alamán y fue rechazado. Un año después, Iturbide consumaba la independencia de la Nueva España con el Plan de Iguala que reservaba el trono de México al Rey de España o un miembro de la familia real española.

Lo cierto es que la verdaderas intenciones de Bolívar las deja selladas en una misma carta escrita a Fernando VII desde Bogotá el 24 de enero de 1821, donde dice que la existencia de Colombia es necesaria y que le ofrece una segunda patria a los españoles, cita:

«La existencia de Colombia es necesaria, Señor, al reposo de V.M. y a la dicha de los colombianos. Es nuestra ambición ofrecer a los españoles una segunda patria, pero erguida, pero no abrumada de cadenas. Vendrán los españoles a recoger los dulces tributos de la virtud, del saber, de la industria; no vendrán a arrancar los de la fuerza». (3)

Está claro que se habla de naciones diferentes y que hay una óptica independiente pero no antiespañola. Se buscó el fin de una cruenta guerra y el reconocimiento de la independencia. Bolívar nunca promovería un imperio-confederación con la metrópolis.

Simón Bolívar dejaría plasmado su ideal político, y geopolítico en 1826 en el Congreso Antifictiónico celebrado en Panamá. El cual era una América unida sin España y cuando fracasa se plantea la Confederación de los Andes.

Lo curioso es que aquellos que achacan el fracaso de esos proyectos a el rey de España Fernando VII, ignoran con malicia o sin ella que en el año de 1832 una vez perdidos los territorios de Hispanoamérica, el rey aceptó el Plan de Iguala (o Convenio de Córdoba), donde propone a su hermano D. Carlos M. Isidro y sus descendientes como emperador de México, la propuesta fue rechazada, quedando claro que estos proyectos, tenían otros propósitos, el cual era obviamente conseguir la independencia y romper con España.

Cita la historiadora María de las Nieves Pinillos Iglesias sobre esta propuesta de Fernando VII de 1832 en su obra «Los proyectos de integración Iberoamericana (S XIX):

«Como es sabido, los Convenios de Córdoba sirvieron para que Itubide fuera nombrado Emperador. Sin embargo, en 1832, Fernando VII aún creía que podían resultarle de alguna utilidad y así, a través del conde de Puñoenrostro, hizo saber al comisionado de México en Londres, Manuel E. Gorostiza —quien a su vez se apresuró a comunicarlo a su Ministro de Relaciones Exteriores Lucas Alamán— que España reconocería la independencia de México en los términos siguientes:

— Que México se constituyese en una monarquía, con una Constitución representativa.

— Que ocupasen el trono mexicano D. Carlos M Isidro y sus descendientes.

“Sin esas condiciones no se nos reconocerá en la vida”, transmitió Gorostiza, que añadía: “Levanteme de la silla al oír tamaño desatino y le manifesté que como Ministro y ciudadano de México no podía ya sin ser criminal prolongar más esta conversación, y que de caballero a caballero le juraba que proyecto más desatinado, más irrealizable y que indicase más ignorancia de las localidades que éste, era imposible que a nadie se le hubiera ocurrido”.

Está claro que la única finalidad perseguida por Fernando VII, a esas alturas, era despejar el camino del trono a su hija Isabel II, colocando lejos a su hermano D.Carlos».

*Fuentes citas:

  • Madre Patria – Marcelo Gullo.
  • Documento 5287 “Carta de Bolívar a S. M católica el señor Fernando VII” – Archivo Libertador.
  • Los proyectos de integración Iberoamericana (S XIX) – María de las Nieves Pinillos Iglesias.